El Castillo de Loarre, Bien de Interés Cultural y Monumento Nacional desde 1906, fue construido en el siglo XI. Es la obra cumbre de las fortificaciones peninsulares y el edificio de arte civil y militar románico que ha llegado hasta hoy en mejores condiciones. El castillo sirvió en un primer momento de palacio real, y a partir del siglo XII quedó convertido en convento de los padres agustinos.
Desde su atalaya, ha visto pasar culturas, civilizaciones, batallas, treguas, amores, desencuentros, estilos, modas, creyentes, infieles, conservadores, renovadores, políticos, peliculeros, turistas...
A todo ello ha resistido, y allí espera a que nos dejemos llevar por su embrujo, y desde el recogimiento dentro de sus iglesias, o dispersando la mirada sobre la Sotonera, percibamos en nuestro interior las sutiles vibraciones de sus antiguos moradores.
Un paseo por el interior del castillo, a 1.070 m. de altura, es un atractivo recorrido por torreones y pasadizos hasta llegar al Mirador de la Reina, desde el que se contempla una fantástica vista panorámica de la Hoya de Huesca.
Su planta es irregular, y está rodeado por una doble muralla con torres cilíndricas y dos puertas de ingreso bien guarnecidas. El pórtico de la fachada está decorado con un relieve que representa a Jesucristo bendiciendo. En su interior, podemos ver la iglesia románica de Santa María, del siglo XII, que se alza sobre una cripta rectangular y presenta un ábside semicircular con bóveda de cañón. El templo consta de tres naves y posee una cúpula que descansa sobre dobles trompas. De gran interés son los capiteles de las numerosas columnas que sostienen la bóveda de cañón.
Gracias a su perfecto estado de conservación, el castillo ha sido testigo de numerosos rodajes de películas, las más reciente “El reino de los Cielos” de Ridley Scott, 2005.
Consultar precios y disponibilidad